Castro Prieto ha rescatado para este proyecto una colección de sus fotografías pertenecientes a distintas series como Extraños, Paisajes imaginados o Cespedosa. Su obra, que siempre transita por los espacios personales y familiares de su infancia, tiene una mirada de corte autobiográfico con la que explora las huellas latentes de la memoria, subraya los aspectos oníricos y literarios de la vida cotidiana que, con un toque de ironía, despoja de importancia. Como un alquimista, Castro Prieto ha utilizado el oro para resaltar el valor simbólico y alegórico de estas Vanitas de luces fugaces, delicados bodegones y personajes extraños y fascinantes.