Durante más de cuatro décadas Isabel Muñoz ha recorrido el mundo explorando con su cámara las emociones y los sentimientos del ser humano. Y también sus contradicciones más oscuras y complejas, como en Somos agua, instalación en la que nos enfrenta a nuestra falta de compromiso ante uno de los principales desafíos que encaramos: el calentamiento global. Las agresiones al medio físico, la presión sobre las criaturas terrestres y el agotamiento de ciertos recursos como el agua, ponen en peligro la supervivencia de nuestra especie.
La artista catalana ha dedicado los últimos cinco años a sumergirse bajo las aguas de mares, océanos y entornos acuáticos para invitarnos a reflexionar sobre la generosidad de la naturaleza y el maltrato que recibe en respuesta. En esta ocasión lo hace junto a la apneista japonesa Ai Futaki y otros buceadores en los acuarios del Instituto Oceanográfico de Valencia, atraída por la diversidad de los organismos que los habitan: medusas, mantarrayas, tortugas, tiburones, algas y anémonas, caballitos de mar…