La fotógrafa canadiense Margaret Watkins contribuyó a forjar la historia de la fotografía de principios del siglo XX con sus singulares aportaciones. Watkins vivió una vida de rebelión en la que rechazó la tradición y los roles de género asignados a las mujeres. Su estilo modernista dejaba entrever su capacidad de anticipar las grandes revoluciones estéticas y conceptuales que vendrían después. En su obra se establece un diálogo incesante entre el arte y la vida doméstica, fundiéndose tema y objeto en una misma cosa, y utilizó esta figura a lo largo de toda su carrera, tanto en su obra personal como en sus trabajos publicitarios para agencias como Condé Nast o Reimers, y revistas como The New Yorker, Ladies’ Home Journal o Country, entre otras.
Esta exposición retrospectiva de su obra, nos muestra 150 fotografías de la artista que datan entre 1914 y 1939. Encontramos retratos y paisajes, bodegones modernos, escenas callejeras, trabajos publicitarios y diseños comerciales.