Pablo Pérez-Mínguez fue uno de los fotógrafos más relevantes del último cuarto del siglo XX en España, cuando a partir de 1975 se inicia una transición de la que él forma parte protagonista, como agitador y anfritión de proyectos como Photocentro y revistas como Nueva Lente.
Pérez-Mínguez fue antes que nada un gran retratista. Para él la fotografía era algo antiestático que convertía en «una mezcla de Freud y de Cabaret». Los 70, 80 y la Movida, de cuyo ambiente transgresor fue el mejor cronista, y la Generación Y del Fin de Siglo, pasó por su famoso estudio de la calle Monte Esquinza.
Con fondos de colecciones institucionales, privadas y del Centro de Arte Alcobendas, la selección de obras que recoge esta exposición trata de reflejar el trabajo de Pérez-Mínguez como retratista posmoderno a través de todas sus etapas, al tiempo que descubriremos un biopic personal que nos muestra imágenes inéditas de su periplo vital.